domingo, 9 de marzo de 2014

OH LÀ LÀ!









































Bonsoir bloggeros y bloggeras!

Después de 3000km recorridos en coche durante seis preciosos días, aquí me tenéis; ¡afrancesada y con muchas cosas que contar! La verdad es que no he tenido tiempo de hablar nada con nadie, ni siquiera con mi queridísima Allende... Así que Youth's Madness es el lugar ideal para aburriros con mis anécdotas. 
Cuando llegamos al hotel pintoresco "Manoir de la Fieffe", nos recibió Emmanuel, un normando encantador que decía no dominar el inglés, pero que sin duda dejó a mis padres a la altura del barro... el lugar era impresionante, muebles antiguos y todo perfectamente cuidado, pero la habitación fue lo que más nos impresionó. Cuando creíamos haberlo visto todo, a la mañana siguiente, Michel nos sorprendió con el mejor desayuno que he probado en mi vida, en serio, no es una exageración, ojalá me pudiera llevar a casa este hombre que nos ponía opera por las mañanas y que conversaba con nosotros en una mezcla rara de inglés y francés... Durante cuatro días estuvimos para aquí y para allá, y tanto mi padre como yo nos fijamos en una cosa: los chicos franceses tienen muchos granos en la cara. No es broma. Tenía que decirlo... ¡me pareció súper curioso! Menos el francés rubito que me dijo un tímido "bonjour" en el cementerio americano, donde descansan los fallecidos del desembarco de Normandía, ¡él no tenía un maldito grano! Dios que guapo era... la gente nunca me cree cuando digo que de esos no hay en España, pero lo siento chicos, es cierto. Los bombones siempre me los encuentro en el extranjero. Bueno, que me enrollo con mis amoríos inexistentes... En fin, el primer día lo dedicamos a visitar Bayeaux y todo lo histórico. La II. Guerra Mundial arrasó con Europa, y Normandía, es el lugar que más claro me lo ha dejado. El dolor de las familias es tal, que aún siguen llevando flores a las tumbas del cementerio, donde descansan más de 10.000 víctimas (por cierto, en junio se celebra el aniversario de lo ocurrido). El siguiente día vimos Mont Saint Michel, un islote rodeado a veces de mar y a veces de arenas movedizas que tiene una historia larguísima y muy interesante, pero que seguro no queréis escuchar (bueno si queréis escucharla ponéis un comentario y hago otro post porque es la Biblia en verso). El tercer día lo pasamos en Honfleur y en Deauville. El primer pueblo me dejó sin palabras. He viajado mucho y este es uno de los pueblos a los que sin duda volvería. Deauville en cambio... A ver, no es que no me gustara, pero es un pueblo lleno de mansiones de la élite francesa y de tiendas caras, a las que si entras sin un bolso de Louis Vuitton te miran mal... Solo os digo que por tres tés de agua de grifo nos cobraron 20 euros, me dio ganas de tirarle la taza por la cabeza a la camarera borde. El último día antes de irnos lo pasamos en la playa y en algún pueblito que otro, de relax, ojeando "la Vogue" francesa y el periódico "Le Monde".

Ha sido un viaje increíble, Normandía es un lugar que te deja con una sonrisa en los labios y con ganas de volver. La gente local es encantadora y el mundo rural que lo rodea es como de cuento.

Espero no haberos aburrido,

Os quiero! xoxo

Garazi Tomás:)

 P.D: ¡Aquí os dejo el link del hotel al que os recomiendo ir si visitais Normandía!  http://www.manoirdelafieffe.com

jueves, 6 de marzo de 2014

Mundo italiani:)


Gorro:H&M-Chaqueta:Pull&Bear-Bolso:Primark-Pantalones:Zara.







Falda: Mango-Jersey:Mango-Botas:Primark.









Cardigan:H&M-Camiseta:Pll&Bear-Zapatillas:Primark.







¡Mamma Mia! solo se me ocurren esas dos palabras para describir mi estancia en la bonita Roma. Mientras Garazi estaba preparándose para su viaje a Normandía, yo me paseaba por el Vaticano y por toda Roma con el precioso conjunto que me regaló por mi cumpleaños -la falta con estampados de flores y el jersey fino- ¿qué os parece? En cuanto me lo dio le dije “esto lo estreno en Roma” y así fue. 

El viaje fue increíble todo me parecía enorme, y me quedaba embobada mirando todo como si viniera de un planeta extraño jajaja. A cuenta de mis despistes casi me voy de Italia besando su suelo, sí me tropecé unas cuantas veces a lo largo de los 4 días. En ese poquito tiempo me enamoré de la ciudad, de sus gentes y de su lengua; no había momento en el que soltara alguna chorrada con acento italiano, en realidad es algo pegadizo el idioma jajaja. Si no habéis ido tenéis que ir, y los que han ido tienen que volver. Por mi parte tiré la moneda en la Fonta Di Trevi, para volver al mundo italiani en un futuro no muy lejano.

Os dejo con algunas fotos del viaje, las demás me las guardo como recuerdo de allí. ¡Ah! y Garazi ven pronto de la France que ya se te echa de menos amore y quiero darte un achuchón bien fuertote. (:


Allende:) xx